Yo pienso que nosotros los líderes tenemos una responsabilidad muy grande de pasar de las palabras a los hechos. En las organizaciones para las cuales trabajamos, hablamos de que lo más importante es la gente, invitamos a los colaboradores a pensar diferente, tener ideas disruptivas, ser innovadores… pues bien, empecemos por nosotros mismos. Lideremos con empatía para lograr una verdadera conexión con nuestros equipos, en donde el cómo es más importante que lo que se dice, transmitamos con credibilidad y seguridad, administremos con las personas, no a las personas, co-creamos y trabajemos juntos, cedamos el control, permitamos a nuestros colaboradores que opinen, gestionen y realicen, que se empoderen y lleven a cabo los cambios, ¿quién conoce mejor el proceso que el que lo realiza día a día?. Solemos contratar grandes firmas para que nos digan cómo trabajar mejor, hacer más eficientes los procesos, ¿cuál es la estructura que mejor nos va? Y curiosamente, atendemos su diagnóstico, sin darnos cuenta que es lo que nuestro equipo nos ha propuesto muchas veces… ¿Qué necesidad de seguir en esto? Escuchemos, acompañemos, apoyemos. El dejar que otros tomen control de lo que saben hacer, nos hace grandes, mostramos lo que es un verdadero líder. Sólo así, lograremos mayor productividad, crecimiento y un equipo altamente motivado. Necesitamos ahorros. ¡¡¡Hagamos el cambio!!!