Meses atrás nos preocupaba ver a nuestros hijos encerrados en sus habitaciones, de pocas relaciones con los demás, adictos a la tecnología. Hoy se ha convertido en una ventaja para adaptarnos a la situación actual.
De ahí la importancia de aprender a aceptar aquello que no está en nuestras manos cambiar. Vivamos el presente, sin el paradigma de querer mantener y revivir el pasado, y ocupados de un futuro en mundo VUCA, volátil, cambiante y lleno de incertidumbre.
Dentro de nuestras casas, se toma conciencia de la sencillez de la vida, de lo poco que necesitamos para estar bien. Miramos nuestros closet llenos de ropa, accesorios que realmente no nos hacen ser mejores personas, y que en momentos como los que estamos viviendo, parecen sin sentido.
Apreciamos la vida, y la naturaleza nos reclama esa misma vida que le hemos quitado. Importante que después de estos acontecimientos seamos mejores personas y más responsables con el planeta tierra y con nosotros mismos.